lunes, 21 de diciembre de 2009

Helada congelada y con las mejillas sonrojadas del frío. Parecía que la ciudad se iba a desplomar de tanto viento, que en vez de una ciudad parecía el reino del hielo y la reina era la luna. Esperando un milagro, siempre esperando a que aparezcas. Lo común en ti era llegar tarde, pero hoy era extraño, hoy habían pasado horas, horas y más de dos horas. No aparecías. ¿Y si la reina del hielo te había raptado? ¿Y si te habías dejado llevar por la luna? O peor aún

¿Te habías aburrido de vivir en nuestro planeta y te habías marchado en cohete a miles y miles de universos de mi lado? ¿Era verdad o solo eran paranoias?


Pensaba en como complacerte, en como hacer nuestro planeta más humano o más bien hacer de este mundo algo parecido a tu sonrisa. Te busqué entre las montañas hasta las tantas de la noche, mis manos estaban agrietadas como mi voz, gritaba desarraigada tu nombre pero no aparecías. Luché contra el frío, me enfrenté contra la luna y le rogué que te dejara marchar pero no obtuve respuesta. No, no era posible. Dijiste que un para siempre seria real, ganaría al miedo, a lo imposible. Pero no era cierto. Pudo más el interés por otra astronauta o simplemente te aburrieran mis labios, aborrecieras el calor de mi cuerpo. ¿Qué ha pasado?

Vuelven las tormentas. Sin ti. Sin tu armadura. Sin tus manos, tus consejos, tu voz. Vuelvo a mi cohete sola, dejando migajas de mi corazón…


Si vuelves, te pido por favor que lo reconstruyas y hagas que vuelva a latir.

1 comentario:

Anónimo dijo...

DIOS DIOS DIOS DIOS DIOS DIOS MIO


Pero que coño es esto? Maria deja de escribir ya, has alcanzado la perfección... Cada vez me gusta más leerte... ¿Quien ha sido ese que te dijo para siempre y te abandonó en tu planeta? Pégale!

TEQUIERO SABES?