sábado, 6 de febrero de 2010



Hoy estoy y soy de una manera u otra feliz. Parece que preocuparse por una misma te hace sentir bien, todo va sobre ruedas. Pensar en tus preocupaciones personales, en tu futuro y en las posibilidades que tienes a escoger ha dado resultado. Todo va bien, hoy por hoy llueve sobre mojado, pero por si acaso tengo un armamento para no mojarme ni un centímetro de mi cuerpo. Voy creciendo, madurando y viendo las cosas de otra perspectiva que antes ni se me pasaba por la cabeza; pienso de otra manera un poco más razonable y dejo de decir tonterías sin pensar antes de abrir la boca. Me da igual como vaya a ser el mañana, porque hoy está todo bien y quiero disfrutar algo que he conseguido por mi misma. No quiero premios ni nada de eso, solo quiero sentir la felicidad aunque sea por un par de horas. No me hace falta nada más, porque me siento orgullosa de mi misma. No me siento desvalorada conmigo misma ni que soy un ser patético que no pinta nada en este mundo, he aceptado que soy yo, así con sus rarezas y diferente a todos los demás. He visto que tampoco es tan malo ser como soy, da igual que hablen los que no tiene ni puta idea de nada sobre mí. He guardado todas mis máscaras porque no me hacen falta, ya soy lo suficiente mayor para afrontar todo sin ninguna armadura que oculte la verdad. Tengo ganas de emborracharme de madurez, lógica, libros, cultura, vocabulario y todas esas cosas que me ayuden a crecer.


Tenía la esperanza de que la felicidad llamaría a mi casa aunque sea por un par de días.

1 comentario:

Carmen Hinojosa dijo...

La felicidad es instantánea, no la esperes nunca.
Un saludo!