lunes, 15 de febrero de 2010

Y es que la Luna a mi me sabe a poco, que ni sus ronquidos por la noche acurrucándose entre las nubes me dan envidia. Que el Sol no me acojona con sus rayos ardientes y su luz que sabe a fuego. La noche no me da miedo haciéndose la misteriosa con su oscuridad y embaucando a la gente con alcohol, sexo y drogas. Y el día no me despierta ni una mañana dando patadas a mi ventana porque ningún amanecer es más bonito que el de tus ojos, no hay noche ni alcohol que me emborrache más que el tu lengua enrosacada a la mía, no hay Luna más bonita que la que se refleja al dormir contigo ni Sol que me queme porque el único fuego que me gusta es el que arde en tu boca, en tus labios...

Que mis ojos quieren morir mirando los tuyos, mi boca quiere beber de la tuya hasta desmayarse, que solo tú puedes quemar el hielo de mis mejillas, que mis sábanas están aburridas de calentarse con los rayos del Sol, mi ropa quiere oler a ti, mis sonrisas sobornarán a las tuyas para quedarse toda la noche en la calle.
Y si te quedas mis pecas saldrán contigo todas las noches que quieras ...

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