lunes, 24 de mayo de 2010


Que bonito es ser la razón de sonreir de alguien, conocer que eres la mitad de un atardecer, que merece la pena respirar,crecer y vivir. Aunque las cosas se vayan, crezcan y se mueran atrapadas por el olvido, hay que pensar que tanto como a una persona como a una época nunca se llega a olvidar sino que se aprende a vivir sin ella. Interiormente vas creciendo, ves que no eres la misma y aunque la apariencia es la misma la esencia es distinta. Me gusta enevejecer y ver que la incrédula niña es toda una mujer.

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